En Manteido nos gusta definir un jardín como un espacio de naturaleza alterada intencionadamente con “finalidades sanitarias”. Vamos a justificar esta afirmación que aún que suene demasiado extremista o exagerada, creemos que va a resultar de lo más lógica y natural.
Los primeros jardines nacen con las primeras civilizaciones conocidas en Mesopotamia hace 4.000 años, para nosotros, evidencia clarísima de que fue el primer sentimiento de “Morriña”.
Con el sedentarismo comienzan las primeras alteraciones de la naturaleza, al crear los primeros cultivos a gran escala, las primeras ciudades. Esto nos fue alejando de nuestro estado natural evolutivo en un entorno natural y como el ser humano necesita la conexión con la naturaleza para nuestra salud física y emocional, pronto nos dimos cuenta que al tener plantas cerca, agua fluyendo y diversos animales a nuestro alrededor se producían cambios positivos en nuestro estado de ánimo. Llegados a este punto es cuando tienen su origen los primeros jardines, mejorando mucho la calidad de vida de los habitantes de las primeras ciudades.
Son muchas las ventajas de disfrutar de un jardín en casa y, además, poder estar en contacto con la naturaleza.
El agua fluyendo purifica los ambientes, aumenta el contenido de oxígeno en el ambiente y mejora el estado de ánimo ya que promueve la relajación.
Las plantas también purifican el aire y nos reportan numerosos e inigualables beneficios pero si les prestamos atención y las mimamos y cuidamos fijándonos en su estado y sus necesidades nos reportan muchos más beneficios.
Al cuidar una planta nos los agradece, aportándonos calma mental y paz interior.
No es magia ni ningún descubrimiento reciente. Son 6 millones de años del ser humano en intimo contacto con la naturaleza. Las plantas que brotaban les indicaban que estación se aproximaba y con ella las labores a realizar, los lugares a visitar, las frutas que vendrían, las épocas de lluvia, si podrían comer o no, si había caza por la zona, también aportaban remedios a enfermedades, y un largo etc. Además, hasta la edad de piedra era el único soporte para construir refugios y herramientas, esto suman 3,5 millones de años viviendo solo gracias a las plantas y 6 millones viendo en intimo contacto con la naturaleza, frente a los 4 mil años que llevamos de vida sedentaria veo muy lógico y natural que las echemos de menos.
Por lo tanto, consideramos un jardín como una terapia, una terapia muy económica y enriquecedora. No se necesitan grandes extensiones de terreno ni inversiones, con solo unas pocas macetas (menos de una decena) y media hora de dedicación diaria a sus cuidados, te aseguramos que tu salud mejorará hasta límites no te puedes ni imaginar.
Podrías empezar por comprar tres plantas de tomates cherry y otras tres de ensalada. También podrías comprar tres plantas de interior fáciles de mantener como el Photos, Sansevieria (purificadora de aire) y cactus de navidad.
La terapia consiste en observar las plantas cada día son como un bonito cuadro en 3 dimensiones, su geometría, sus colores, sus olores, sus reflejos. También debemos abonarlas, regarlas y limpiarlas e incluso compartir nuestro estado de ánimo con ellas; no hace falta que lo verbalices ellas habitan este mundo mucho antes que el ser humano y captan tu energía.
Por todo ello, podemos afirmar que somos descendientes lejanos de las plantas y por lo tanto seguro que tienen muchas cosas que enseñarnos y compartir con nosotros, como, por ejemplo, el oxígeno, si ellas se muriesen tú también morirías asfixiado, podríamos decir que tu pulmón depende las plantas.
Por todos estos motivos y por muchos más que a día de hoy desconocemos, afirmamos que los jardines tienen una finalidad sanitaria, nos hacen recuperar el equilibrio que perdimos al volvernos sedentarios.